martes, 26 de noviembre de 2013

Película. Ficción.

Era un hombre que iba detrás de un grupo y que siguió a uno que se separó de aquel mientras decía "voy al aseo" y pensaba el primero "es el peor error que has cometido en tu vida". Lo siguió hasta el "aseo" con determinación como de muerte, pero no hasta el váter individual, donde se desabrochó la chaqueta y el velcro despegándose sonó a cine de acción y se imaginó con explosivos debajo y explotar.

Los hilanderos

Estaba leyendo y estudiando la Oda a la flor de Gnido, y anotaba que la palabra "vido" rima con Gnido, que parece que es el título resonando (no lo tomo en serio); y, pensando en ello, me he levantado a cavilar, y justo cuando pensaba que esa palabra era como un eco del título, y que las rimas son como ecos, mi cuerpo se ha detenido ante mi estantería y mi mirada sobre El nombre de la rosa, de Humberto Eco. Comentándolo con un par de amigos, hemos coincidido en que podría haber habido más conectados; que podía haber estado escuchando Echoes, de Pink Floyd, en una caverna; y que la caverna podía estar en Lecco, de donde llegan recuerdos, y qué son los recuerdos...

miércoles, 16 de octubre de 2013

El Monolito

Estaba tan enajenado que sabía que atravesaría aquel monolito. Acercándome a él, desvaneciéndose los pasos, miraba sus ladrillos vibrar como cuerdas tendidas, como el horizonte trémulo de la calima. No obstante, una fuerza indeterminada me desvió firmemente hacia la derecha, y bordeé otra vez el monolito. Entonces las palabras brotaron de nuevo, como si aquel monolito fuera un marca fronteriza entre dos mundos. Y ahora estoy aquí, este mundo que es eco infinito o espejo contra espejo.

viernes, 11 de octubre de 2013

Lalándalus-Lalándalus

El Sol era yo recordando y la niebla entonces invisible la refracción de los saltos espacio-temporales. Los rayos anamnésicos descubrían despacio, como si se tratara de un velo de encaje de seda, la ciudad ignorada, y mi avatar ignorante escuchaba por rutina la exposición de una guía de medias guedejas, suavizadas por una loción a-espacio-temporal, que no tenía rostro.

-Su verdadero nombre es Lalándalus-Lalándalus.

Pero fuera se desconoce. En ese momento el velo descubría, acelerado por un brillo palpitante, un corazón lacrimoso, una cebolla de la sonrisa, una Mano de Fátima hallada por un alienado cazatesoros.

Ahora el Sol ilumina sólo su relucir a través de una celosía de zarzas y maderselvas, un camino jalonado por luengos escalones de húmeda grava y la guía asombrada por mis saetas. Bajo el ramaje cerrado, en la sombra, queda el olvido, y, detrás, la anónima maravilla.

jueves, 10 de octubre de 2013

Prisma

Cuando, pensando en prejuicios, imagino a niñas muertas por la guerra en las Malvinas, las imagino negras, y siento unos negros labios que me besan de lado, como de una boca vertical, como una vagina, de lo que yo no sé si es La Muerte o La Verdad o lo mismo.

La niña, muerta. Es negra y está tumbada, abierta de piernas. La guerra en las Malvinas. La Guerra. Imaginando la escena unos labios morados me besan de lado, como de una boca vertical, como una vagina. Labios de La Muerte o de La Verdad. O "y".

miércoles, 9 de octubre de 2013

Lunfardo, fija y da esplendor

En mi casa, tal vez mi madre y mis abuelos, pero con seguridad mi padre, dicen la palabra "espamento" cuando se refieren a los movimientos de manos, pero sobre todo de brazos, de alguien (se entiende que en el aire). "Espamento", que en su forma adjetivada ofrenda el argentino Julio Cortázar, al menos, en un relato que no recuerdo, es, según http://que-significa.com/significado.php?termino=espamento, "aspaviento, acción y efecto de espamentar", y la forma adjetivada que decíamos junto al genio, según http://que-significa.com/significado.php?termino=espamentoso%2Fsa, "ostentoso, afectado, pedante, vanidoso, exagerado/alarmista"; y ambas, según las respectivas y referidas direcciones, salen del lunfardo (según la desprestigiada http://es.wikipedia.org/wiki/Lunfardo, jerga argentina de origen porteño que derivaría del italiano lombardo o de su homónimo occitano. En ambos casos, acaso recordando las incursiones bárbaras, significaría "delincuente", "ladrón"). Permítaseme la nueva digresión: es curioso que un genérico tan elocuente como el argentino, originado en parte en el italiano, tilde a alguien de "ostentoso", "pedante" o "vanidoso" utilizando una raíz que significa "hacer aspavientos", "gesticular", algo tan propio de quien es expresivo. La cuestión es que el DRAE, renovado a imagen de sus hermanos de ultramar, no incluye el término en cuestión, y que mi madre, mis abuelos, pero con seguridad, mi padre, son españoles y nada tienen de lunfardos.

martes, 1 de octubre de 2013

apocalipsis

la naturaleza abriéndome y traspasando, completando, irradiando, alumbrando. la naturaleza reencontrándose, los demonios desmitificados, los ángeles respirando por los ojos abiertos en el alma desencadenada, filones antiguos que latían, desenvainando su corazón palpitante, que descansa bajo un pecho que resurge por encima de los horizontes inciertos.
la llama viva, lumbre que no tiembla, hogar que se diría incombustible.
las máscaras mudan y el carnaval se confunde hasta el absurdo.
y buitres que graznan peros

domingo, 29 de septiembre de 2013

Denotario 3

17. Intersticio.

He terminado, pero no de vomitar. El escozor persiste, junto con la flojera y el calor. No puedo leer. No puedo parar de escribir. Y no tengo nada que decir. Mi cabeza cae, mi ánimo parpadea. Aquí es donde debo estar. En ninguna parte. En todas. En camino.
Tres días en Inverness. Dinámicos, divertidos, agotadores; paseos hacia todas partes. Tranquilidad, como predijo Brian. Pero esta tarde he parado y mi alma ha empezado a agitarse. Estoy cansado. Reisignado, es cierto, pero cansado. Ganas de volver; sólo por cambiar. Es buena seña que "casa" signifique "cambio".

viernes, 27 de septiembre de 2013

Denotario 2.

14

Cierto extravió mental. Un "no sé dónde estoy". Inverness, Highlands, Escocia. 14 de septiembre de 2013. Estamos conociendo a Oriol, Barcelona. Ha parado en Inverness de casualidad, cmo nosotros ayer en Aberdeen. Quizá no tan radicalmente casual. Los tres cabizbajos ante nuestros móviles (Guille ríe, al menos), ignorándonos. Oriol piensa en voz alta. Como si le escucháramos. Va de lowcost pero acaba de comprarse unas bambas de 30 libras y unos pantalones en oferta. Y nosotros comiendo mierda.
Cinco minutos para el Barça. Mi cabeza y mi lengua, rara vez descoordinadas, están en baja forma. Pero hoy he disfrutado sintiendo. Sensaciones olvidadas que renacen. El verbo "rise" de por aquí es más preciso.


15

Mañana en Inverness. 15 de septiembre de 2013. Casi escribo diciembre por segundo día consecutivo. No nieva ni hiela, pero hace tanto frío como en España en un par de meses. Mucha humedad; los cristales de las ventanas empañados por dentro; rociados por fuera. Con nosotros queda una chica. Unos veinte años. Guillermo se sienta a mi lado y baja la cabeza, apoyados los codos en los muslos. Invita a partir.

Suena una canción que no conozco. Rock; MacCallums; Inverness; Highlands; Escocia. Acabo de anotar una idea brillante. No sé si inteligente. Pero brillante. Colocar a un equipo pequeño a la altura de los grandes. Idea. (...) No dejarlo, no; como nos ha pasado siempre. Pero de esto ya he escrito en otra nota. He tomado café por segunda vez en lo que va de día. Por primera vez en siete meses. Estoy tranquilo. Este, ninguno, todos, es mi lugar. No sé si terminaré de curarme, pero estoy mejor que allí. Puede que sea una pena. Podría hacer tanto. Haber hecho tanto. Pero en cualquier parte y de cualquier forma. Voy a volver, Guillermo está conmigo. En Escocia.


18

Empiezo a entrar en la nube [como al principio. Uroboros.]. Casi dos días sin dormir. 3000 kilómetros. Y calles, templos, personas. Y reencuentros. Es el viaje más intenso. Me siento diferente, más activo. Más social y humilde. Algo aprendido. Espera una posible eternidad de sueño. Luego Dios dirá y se verá. 18 de septiembre de 2013. No significa nada.

Espejos

Sin historia.
Un tigre dentro de otro tigre dentro de una carpa dentro de una granada, como un juego de muñecas borgiano, por el tigre, por la infinitud y por la repetición; por el aleph que sugiere, acaso representa, del mundo que es pañuelo según la calle y en el que todo es hilo de la incierta red que es todo. Por ejemplo: una palabra extraña escrita en un libro que se refleja en un cartel, como en un espejo. O una amapola de crisálida que antecede apenas a una amapola de bancal, casuales, coincidentes, deslumbrantes. Y que "no existe", "esa ya no existe". ¿Por qué esas palabras?

Denotario

9 de agosto de 2013.
Cuando ya no quedan ni las ruinas del futuro preparado y solo el desierto de la Calle del Desierto.

15 de agosto de 2013.
Me parece como si todo lo consecuente a la infancia fuera apenas una sombra nostálgica, como si todas las cosas degeneraran con el nacimiento del pasado. Mi garganta rebosante de lágrimas pide nacer en otro lugar con otra infancia que nunca crezca.


viernes, 9 de agosto de 2013

De Sol a Luna

Dentro.
Pink Floyd ardía silencioso en el cielo al son de Los Miserables. La lengua roja, gualda y morada de la llama eclipsaba al Sol. The Sun is eclipsed by the Moon. Tras el seto del campo estaba yo, sobre la graba revuelta del bancal, en la tácita rareza de los sueños, vislumbrando una singular eternidad. Una mañana aparte, en otro tiempo, desperté acosado por los versos but the Sun is eclipsed by the Moon y presentí la cara oculta de la Luna de Pink Floyd, el eco morigerado del horror.

Fuera.
La luz descansaba oblicua sobre la cama y sugería una imagen de nuestra manera de ver, tan perfilada, tan relativa, tan claroscura. Los pliegues del cubrecolchón se sucedían ondeantes formando dunas, y, tras ellas, las sombras, The Dark Side of the Moon. En cada instante hay un mundo que no vemos, y que se pierde. ¿Qué es una persona? ¿Qué es conocerla? Acaso el lenguaje sea un senda artificial trazada sobre la montaña del mundo y el sotobosque, la arboleda, los roquedos y canchales queden más allá, ignotos. Quizá la mejor forma de caminar por la montaña sea campo a través, fent camí. Pero yo me había dejado caer en aquel valle buscando la paz, el silencio, el solaz, y salir del camino, más que herir a la montaña y toda esa sarta de adopciones que había esgrimido en la noche, era la aventura y yo estaba cansado y tenía miedo. Como si tuviera sesenta y como si tuviera seis. Pero he visto ondear el agua y la quietud espectante de los muebles y he sentido la carretera, el volante, el cambio de marchas y The Doors. The end. El fin del mundo.


martes, 9 de julio de 2013

De barro

Pájaros de barro (instrumental); Manolo García. http://www.youtube.com/watch?v=nXtm5PEuYLo

Ya poco. Siempre queda algo, pero hay momentos, escuchando música, conversando, mirando, en que todo se mezcla y da lugar a una sensación de calma, de dulzura suave, de terciopelo que acaricia sin irse, y parece que no hay heridas, ni espinas, ni eco de plañidos maternos. Ese poco está dentro. Muy dentro. Arraigado en el fondo de lo que soy, en mi piel, en mi sangre, en la suya. Pero el tiempo lo cura todo. Si hay lo suficiente...

domingo, 9 de junio de 2013

evolutio

Llevaba años perdiéndose completamente cada noche, sentado frente al monitor, o encorvado sobre una hoja, o tumbado sobre una cama de latidos inquietantes, o en las palabras presentes de una flor distante, una amapola, que podía oler y que anhelaba, hasta que llegó aquella noche en que descubrió que cada vez que se miraba en el espejo veía, en el fondo de sus ojos, los suyos, como las semillas grises mojadas por el brillo del amor de Dios, de la Gracia, mirándole desde dentro, germinando. Y él se sentía feliz en esa simbiosis, con ese implante de alma, con esa incursión de la vida en la suya, aunque supiera que seguía perdido, en otro mar, en otro bosque, pero perdido igual. Creía que en esos extravíos estaba desaprovechando la oportunidad de formarse un poco más, de mirar por los demás, y de aprovechar las últimas horas antes del examen cuatrimestral, pero le daba igual; una mezcla de desidia y embriaguez, un cóctel de noche; y él sabía que vivía, y que "nunca el tiempo es perdido", y que vale más el amor dado que una clase magistral de Latín o lo que fuera.

viernes, 31 de mayo de 2013

pandemia

Supongo que esto está mal, como todo lo que sea no mirar hacia arriba y clavar los ojos en la lámpara del techo, la copa de las palmeras o la repisa del edificio de enfrente. Pero qué le vamos a hacer, algunos se te pegan como las frases hechas, como las coletillas, impregnándote como el mal olor y sorbiéndote la vida como las peores sanguijuelas. Con lo bellas que son esas flores de ahí, que yo lo sé, que yo lo veo, y lo cálida y lumínica que es esta música, que es U2 cuando quiere; con lo increíble que es el momento en todos sus sentidos, perspectivas, detalles y recovecos más recónditos; con lo bello, increíble, singular, que es vivir. ¡Lo que pesa el pecho! Carajo, ojalá pudiera estarme quieto. Si no es por ella. Si no fuera por ella. O por ellos. O por la cara de la moneda. Claro, qué agudeza. Divago, y malamente. Los cojos también andan. Y los ciegos también viven. Los estados en guerra existen. ¡Seremos idiotas! Como una pescadilla mordiéndose la cola, pero Alive and Kicking, nada de postureo. Vete a la mierda, Bukowski. ¿Eso querías, no? Vete a la mierda.
Dios, Padre, no consigo amar siempre. El peor pecado, el peor pecado. Perdóname, perdóname, perdóname. Que tu Gracia me devuelva la paz.

lunes, 20 de mayo de 2013

Amanece ahora, que lo es todo

Ahora parece que, como en Insomnio, esa gran película de Nolan, la Noche pase desapercibida y el atardecer se transforme, sutil, disimulado, secretamente, en un amanecer invisible, en un amanecer que está en el aire, en el estor subido, como un velo apartado, como un telón corrido; en la piel, en la ligereza del pecho, en las silentes horas, en la música compartida. Todo lo demás es ruido

domingo, 19 de mayo de 2013

Disincronía

Quizá, si hubiera sucedido este año, quizá, tal vez; no digo que no; probablemente. Probablemente sí. Pero entonces, hace un año, más o menos, era diferente. Yo venía, volvía, y quería otras cosas, otras. Era pronto aún. Venía de algo y necesitaba otro algo distinto. Pero las cosas llegan cuando llegan. O estás o no estás. Eso es indiferente. Joder, qué tarde. O qué pronto. Pero bueno, como dijera aquél: la vida no se elige, se vive. Puede que sea verdad. Pero me siento fuerte hoy. Hasta creo que puedo ser capaz de elegir. Aunque no sé qué. Elegir, digo. ¿Sí o no? ¿Es este año diferente? Quizá. De alguna forma sí. Siento, ¿no? Es un matiz importante. Oigo. Oigo ese eco melódico, esa promesa onírica. Ese canto de Sirena. Y, joder, joder, cómo suena. Con razón vivimos. Con razón vivimos.

jueves, 16 de mayo de 2013

Como por resquicios

La Noche cae como un telón de terciopelo con alas de murciélago y ojos cóncavos de calavera del desierto.  Estoy bien. A veces no hay que mudarse de casa para cambiar de aires; basta con moverte unos centímetros a la derecha o a la izquierda del teclado o de las huellas, o con inclinar un poco la cabeza, como mirando por encima del hombro, y ver lo que hay más allá de la abismal eternidad de la rutina o del gris industria del adoquinado, como si la realidad fuese como La Noche, un telón, pero arrugado y viejo y con resquicios ocultos por donde colarse para ver La Calle, como en El mundo de Juan José Millás. La vida es una maravilla, por Dios.

miércoles, 15 de mayo de 2013

La Sirena


Carajo, qué imagen. Si es que es bonita como ella sola. Cantos de sirena, Gonzalo; déjate, déjate que nos conocemos de lejos. Escucha esa guitarra, apura esa botella, dale vida a ese libro que aguarda ahí, como haciendo cola sobre los demás; que todo eso va bien, acalla. Y saber acallar es una virtud entre las virtudes. "¡Y no!" que diría el padre. Con lo que desgasta el ruido... estamos como para negar un chato, o como para negarnos a un atardecer de estos de primavera, entregándonos a la cancerígena desidia. Déjate. Eso son cantos de sirena. Pero cómo suenan.

jueves, 2 de mayo de 2013

El burro que emerge de noche de La Noche

El Estado. El estado en que me encontraba aquella tarde. Y aquella noche. Y la otra. No quiero recordar. Qué momento. Había olvidado. ¿Por qué lo hacemos? Vuelvo a saber, y por eso ahora recuerdo, que es lo mismo, lo que puede hacer un atardecer acariciando tu rostro un día cualquiera de abril, o de mayo, o de primavera. Y sólo eso. Y The Doors, o un concierto de pájaros, o un vino a ciegas. O una mujer. O La Mujer. Y también los Grandes Apuros con un amigo desde siempre. O el dulce amargo de un capítulo breve de Rayuela o de Bukowski. Cuánta razón, Nota.

domingo, 31 de marzo de 2013

Fuego

Aire. Necesito algo donde vomitar. O alguien que me escuche. Qué menos. Uno tiene que salir solo. Hacerlo por su cuenta. Ser independiente. Ser libre. Fuerte. Con recursos. Historia. Pero qué va. Naces y mueres, en esa muerte nocturna que no cesa y que cada vez es más agónica, rodeado de ausencias, de brazos etéreos, de abrazos ficticios. Y con la necesidad ineluctable de coger una mano y apretarla y decirle "por qué" e inclinar la cabeza y dejarla caer sobre su hombro y llorar, sin consuelo, sin perdón, sin más, porque ese es el consuelo y esa es la remisión, ni más ni menos. Pero no hay hombros hermanos en el infierno. No sería el infierno. El de cada uno. No hablo del auténtico, el cristiano o el africano, el de los diamantes de sangre. Hablo del interno, el que no se explica, el que se desconoce, el que prende un día y aniquila despacio pero intenso. El horror.

martes, 12 de marzo de 2013

Mierda por el suelo

Ya entonces, en los ajenos tiempos en que descendía a los aseos donde hasta el más pollo era un gallito y me aguantaba la lengua como me aguantaba la mierda, miraba sin verlo el miedo en las baldosas húmedas de agua y orín. Tantas vidas después como ha dado el tiempo, ese miedo bajo de olor a vinagre y reír cruel que entra por el culo resuena en el pecho henchido de los gallos como rezuma en la piel africana de mis manos, como si mis ojos asiáticos estuviesen hundidos en una charca de cemento, mis oídos sin tiempo vueltos hacia una caverna de ecos y mis brazos y piernas impregnados de una mierda que no seca.

domingo, 10 de marzo de 2013

Inútil digresión

Go to sleep, Radiohead. (En línea) Extraído y disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=W-XynViVN3E

Hay una historia de horas vanas, de momentos vacíos, de impotencias inútiles, que se prolonga desde los tiempos del recuerdo hasta el más inmediato pasado. Como aquel niño turbado que renunciaba al tedio de la cama en una noche de insomnio y caminaba, cabizbajo y quejumbroso, hacia el templo de la madre, yo también siento la pasividad vigilante de mi cuerpo alterado. Mañana, por hoy, será un día largo y trabajoso en el que tendré que pagar, también como haría, mucho tiempo después, tantas veces aquél niño, mis deudas con el tiempo; y sin embargo, aquí estoy, frente a la ventana, minimizando deberes académicos, deberes vitales, y, a diferencia de aquel niño que creció, sin saber hacia dónde mirar para ver las estrellas. Y sin irme a dormir.

sábado, 2 de marzo de 2013

Aunando interminables

Aún no se ha vaciado por completo la verde papelera que hay al lado de mi cabezal y ya le ha caído el primer carozo roído de manzana. Aún no se ha cumplido una semana desde que bajé la cabeza y eché a correr delante de la rutina hacia el sabor de agua de la displicencia y ya me ha dado alcance a causa de mi habitual condescendencia. Aún soslayan mis ojos, heredando una atención agónica, los pasos perdidos de veinte años de soledad. Y lo que pesan en el pecho.

martes, 26 de febrero de 2013

Tiempos

A veces perderse a uno mismo en el palimpsesto de algún autor eterno es como ralentizar el tiempo, como pringarse de eternidad. Sólo que esta eternidad resulta siempre ser finita para uno, pues el tiempo ajeno, el frío, mecánico, positivista, de los relojes marcha rígido e ineluctable haciendo envejecer los ojos y emerger los cuerpos de la etérea nebulosa de las letras.

lunes, 18 de febrero de 2013

Anonimia

Negro. Blanco. Negro. Blanco. Negro. Blanco. Negro. Blanco. Negro. Blanco. Negro. Blanco. Negro. Blanco. Negro. Blanco. El paso de cebra nos separaba al tiempo que nos unía en el espacio. Mi cabeza giraba, seguida levemente por el cuerpo, hacia donde venían los anónimos coches, acogiendo en su plenitud la caricia mortecina de los rayos de un Sol en consonancia vespertino. Sentía relajación en todo el cuerpo, como si esos rayos fuesen la corriente de un jacuzzi de calma, y no recuerdo que pensaba. A la suficiente distancia para no poder definirlos con claridad se acercaba una pareja y lo que parecía ser su hijo, en brazos del hombre. Él aparentaba tener más de cuarenta años, aunque no muchos más. Y ella... ella me recordó a alguien que ya había visto, una muchacha que debía de vivir en mi mismo pueblo. Una muchacha anónima, insignificante para mí. La escena me resultó como una premonición, como un flashforward hacia el futuro de esa chica cualquiera. Al llegar a la orilla de la acera, cuando yo daba mis últimos pasos hacia la misma, ella me miró. El hombre reía divertido con el niño que portaba entre sus brazos, mostrándome su perfil izquierdo, y ella, más allá, separada por un espacio de alrededor de un metro, recogía una sonrisa prieta que no ocultaba unos ojos turbados. Me miró, como cuando un niño aburrido de tanto juego mira por la ventana hacia la oscura tarde de un día lluvioso, no sé si buscándose en el reflejo de la ventana que eran mis gafas, o si encontrándome, subjetivo, otro, anónimo entre la niebla de una vigilia inescrutable.

domingo, 17 de febrero de 2013

Stop

Quiero encontrarme con el solaz. Pienso que la palabra es insuficiente. Lo fue en su día, pero dudo, y basta dudar para que las circunstancias avasallen. Quizá sean siempre necesarias para marcar el camino, pero creo que para recorrerlo hay que ser una emoción, una sensación. Que el camino se hace en silencio. Silente, mejor. Un camino tranquilo, relajado, distendido, silencioso. Paz. Quiero que acabe esta guerra incierta. No me importan las batallas ganadas ni el terreno recortado, ni la experiencia de los años ni las debilidades del enemigo. Sólo quiero solaz. Claudicar. Dejarlo todo e irme. Dejarlo todo y regresar. Retornar, volver sobre mis pasos, como Manolo García, pero los míos, los hechos por estos pies de griego, no los de mi padre, como pretendía el barcelonés. Escapar del alucinamiento y del espejismo intermitente, todo lo más que ofrecen las tinieblas del olvido. Como Jean Valjean, responderme quién soy, con todos los números. Quiero ver esos ojos estrábicos mirarme desde la aurora de mis tiempos hasta el ocaso del ayer. Who am I. ¿Un náufrago amnésico? La lengua española diferencia mediante los copulativos "ser" y "estar" el matiz aristotélico entre la esencia y el acto. Quién soy yo. Estoy naufragado. Y estoy amnésico. Pero quién soy yo. "¡¿Quién soy yo!? ¡24601!"

jueves, 14 de febrero de 2013

Noche

En algún lugar entre el fondo de un vaso de trago corto sin fondo y la abertura por donde miro a través, se encuentra el sueño. No sé cómo he dado con él en esta noche eterna. Atrás ha quedado la retahíla gutural de Jelly Roll Morton declamando en el whisky y la resurrección de "los pasos perdidos". Atrás el insomnio palpitante, atrás el morir recalcitrante. Atrás mi mirar mirándome.

jueves, 7 de febrero de 2013

Maldito Oliveira. Qué coño, ¡Que viva Latinoamérica!

La noria gira, pero yo estoy en pausa, confuso, sobre la cubierta de un barco a la deriva llamado Rocinante, bebiendo Chivas y oyendo el eco rasgado, lejano, casual, de Jelly Roll Morton; cauterizando heridas crónicas del alma y evocando atavismos. El temporal de fuera metaforiza el de dentro. Inquietos ambos (o el único, pues quizá sean el mismo), veleidosos. Ocasionalmente clarea y respiro la calma de la tregua en el "1, 2, 3, 4, 5 y ¡6!" de una niña en la escalera o en el regalo de un amigo que me aviva. A mí y a la Llama. ¡Oh, Dios! Una eternidad de esas que duran un momento en una mirada correspondida. No hay Zeus que resista eso.

lunes, 4 de febrero de 2013

Una mano cualquiera

Sobre la piel, pequeños cortes que ahora son ausencias. He dejado Una novelita lumpen encima del portafolios, el de arriba; y como todo, ella me ha dejado a mí también. Siento pinchazos en el pecho, a veces latidos desubicados. Cuando tenía once años, o doce, mis padres y mis abuelos me decían que no era nada, que eso era flato. Tal vez. Ahora pienso que son burbujas, bolsas de vacío que des-aparecen en mi interior cuando la noche se traga el camino y tampoco me encuentro yo. No lo entiendo. Sin embargo, pienso que Emilio Lledó tiene razón: la memoria es la clave. Somos ella; en ella nos identificamos. Y desde ella crecemos, renacemos. Por eso evoqué aquella foto, aquella sorpresa y aquellas amenazas. Porque, conociéndome a mí mismo, al menos en el intento del regressus, he descubierto que son el motor de mi historia. Fuera de estas tres vicisitudes y de la genética, no sé si hay otros mimbres. Y ahora que me doy la espalda con mis ojos, diría que veo entre la niebla que las otras historias también caben en una mano de naipes.

miércoles, 30 de enero de 2013

Hoy es como ayer

Una vida en un delirio. Un parón, y mirar atrás el camino andado, hasta el horizonte del olvido, y atisbarse uno mismo en él, comprendiendo. Comprendiendo que hoy es como ayer. Que en barro nos reconvertiremos. Que aquella foto está dentro, muy dentro, y que el Infierno de Dante está en el alma.

domingo, 27 de enero de 2013

Fuera del caleidoscopio

U2, Bad. En línea: http://www.youtube.com/watch?v=SrBOap-EObY

Volver a escuchar música olvidada me evoca otros tiempos, y en su renacer renazco también yo, de nuevo. Quizá sea ahora lo mismo que fuera entonces y que seré siempre, aunque el caleidoscopio de las circunstancias me pluralice y confunda con frecuencia. Blanco o negro, lo que importa es darse. Y aunque mejor cuanto mejor, lo que importa es darse. Cuanto dure este regalo de nacimiento que es nuestro tiempo.

jueves, 24 de enero de 2013

Como en un aleph borgiano.

No, ahora solo me apetece salir, y caminar, y mirar. Como lo he estado haciendo últimamente, yendo a la Universidad y en ella, sintiendo. Me apetece viajar, pero de verdad; viajar para mirar, para experimentar, para interiorizar y moverme por dentro; conversar conmigo. Y escuchar a alguien, cualquiera, pues, como en un aleph borgiano, en toda persona está todo.

martes, 22 de enero de 2013

"Free Bird"

Lynyrd Skynyrd, Free Bird. En línea: http://www.youtube.com/watch?v=wHx7vaa9Fwo

Contengo el aliento cada instante como si intentase retener la vida, pero es ésta un pájaro libre que no pía sobre mi alféizar sino por casualidad, y que volará, más tarde o más temprano, hacia la Calle de la Nada que hay al otro lado del cercado. Por eso la contemplo, consolado de fortuna, y me maravillo en este día nublado.

miércoles, 9 de enero de 2013

El hombre

Munch, El grito. Extraído de: http://www.intereconomia.com/sites/default/files/user_pictures/files/munch_el_grito.jpg

Dormía inquieto sobre las dunas el único hombre de aquél islote. El siseo acompasado de las olas que viajaban corriente abajo y el incesante susurro de las caricias que daban a la tierra al pasar lo había arrullado días atrás, sumiéndolo en el sueño. Ajeno al hombre, el cielo, como desconsolado, lloraba sobre la cumbre de una montaña distante, y pronto el río en el que estaba el islote cabalgó soberbio y apresurado, hendiendo más profundo la tierra y arrancando de su piel pellejos de roca que, al descender a la altura de la pequeña isla, transformaron en golpes las fluviales caricias. En la lejanía del sueño el hombre parecía compadecer el sufrimiento del peñasco, que tanto recibía la percusión del torrente como los deshechos que iba olvidando. Cuando la tormenta amainó y el río se apaciguó, el islote había cambiado su forma.
No mucho tiempo después el hombre abrió los ojos. Entre la confusión del despertar y el espesor de la niebla pudo atisbar, con asombro y dolor, su cuerpo puntualmente hinchado y lacerado.

martes, 8 de enero de 2013

Pro Eros

De la mente de un aristócrata desprestigiado, en lo que se temía el nuevo ocaso, y acaso lo fuera, de una humanidad reincidente afloró ésta en su forma más hermosa. Platón escuchó al presupuesto Sócrates, le lloró, y recorrió media Hélade y algo más para descubrir a los hombres el fuego de Prometeo. La naturaleza parecía tener una estructura a los ojos helenos, y las Matemáticas fijaron semejanzas universales que explicaban las relaciones evidentes del mundo. Pero Sócrates había muerto como consecuencia del vicio de la elocuencia, y la posesión del gobierno debido a la buena posición mercantil o militar actuaba en semejanza con el caos del que cualquier cosa, hasta la injusta muerte de un nuevo Sócrates, podía salir. Si la naturaleza funcionaba en armonía, justicia y belleza en base a unas leyes, ¿por qué no la polis?
Y si el fuego desvelado quemaba al tacto y deslumbraba a los ojos, la partera que fuera Platón se convirtió en criador y de sus palabras creció la mente, por oposición, del culminante Aristóteles. Con el cálamo trazó el horizonte y, a través de un denso entramado léxico, lo significó en belleza, amistad o justicia.
Establecida la lógica como útil para hallar la verdad, para alcanzarla, para identificarnos con ella, para crecer con ella y vivir en conveniencia, y establecido el amor como motor, como causa final, como fin; evidenciada la impresionante belleza de tal empresa, ¿qué nos queda sino avivar la llama? ¿Qué nos queda sino amar?

sábado, 5 de enero de 2013

Retazos de existencia incierta

La pregunta acerca del cómo puede ensombrecer hasta el olvido la más determinante del para qué. ¿Ortogonales calzadas de adoquines regulares o el vergel incierto que surcan? Y además la vida, ese diente de león romántico nacido en la tempestad de un huracán impasible. Pendiente de todo; segura en nada. ¿Estará la existencia en un delirio dionisíaco; en una lágrima sentida; en los latidos del pecho sobre un colchón de acículas muertas?
Sólo atisbo esa sensación impotente de haber olvidado algo, de ligereza en los bolsillos, de ausencia, de no saber nada en absoluto y tener entre tus ojos y los lobos una mano cualquiera que no se deja comprender.