miércoles, 15 de mayo de 2013

La Sirena


Carajo, qué imagen. Si es que es bonita como ella sola. Cantos de sirena, Gonzalo; déjate, déjate que nos conocemos de lejos. Escucha esa guitarra, apura esa botella, dale vida a ese libro que aguarda ahí, como haciendo cola sobre los demás; que todo eso va bien, acalla. Y saber acallar es una virtud entre las virtudes. "¡Y no!" que diría el padre. Con lo que desgasta el ruido... estamos como para negar un chato, o como para negarnos a un atardecer de estos de primavera, entregándonos a la cancerígena desidia. Déjate. Eso son cantos de sirena. Pero cómo suenan.

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