En línea. Extraído de: https://www.youtube.com/watch?v=z1k1s9n16fs
El gato erizado ignora absolutamente la intención curativa del veterinario. No es una reflexión novedosa; el gato fue el hombre, y el veterinario, Dios. Pero, tras plegar el libro, a través de la deslumbrante jaqueca, he sentido la inabarcable distancia entre esa gata que atiende a mis manos y mis pies para jugar a la caza, y yo, que busco propios lugares en las hormigas de caja blanca.
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