martes, 6 de marzo de 2012

La sombra que proyecta el Eco.

 Eco y Narciso, Waterhouse. Disponible en: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijmE258ZPrj_NDYBBhMDDVag6-br9vkiP6795n2Dwbx5JKC59AHDPm-xYFK1VpxSSimMLy3uqyuxDJgs6kcBTizBDPdIrXzkufyPb4sx9V638RaFBbzRB1-zmnTWnYnfCbCH31GbGRXjQ/s1600/Waterhouse-Echo_and_Narcissus.jpg

Ausente, con esa inconsciencia que hace la monotonía, comprimes el cigarro sobre la moqueta gris que cubre el cenicero. La otra mano, cuyo codo hace de cimiento, soporta obediente la cabeza ladeada, tierra prolífica de cabellos que emanan, supongo, un aroma de rosas. Pende de la siniestra tu pierna derecha, montada con abuso sobre su hermana, gesto florido, hipnótico, muy vuestro. Una marabunta sin rostro alguno hace su camino a la vera del tuyo, pero lo ignoras tanto como lo que pudo haber sido. No me ves, por tanto, llamarte con ternura desde el mirador de la silla de en frente a la puerta de tus ojos. La mesa es cuadrada, azul... ¿lo ves? Tócala, siente su rugosidad acariciar las yemas de tus dedos mientras sube por tu piel el cosquilleo de la sensación. Es real, sí. Olvida todo lo que suponemos, olvida la historia, vuelve a aquél ser marginal que sufrió el amor careciendo de la otra mitad. Apártate del tedio, del hastío de la ceguera crónica, y mírame. Estoy. Quizá no aquí, ni ahora. Pero sí en otro lugar, en otro tiempo. En otro posible que se quedó en eso. En otro universo donde lo posible son mis manos llorando letras y lo real, un servidor secando las lágrimas de tu hermosura. ¿Estás tú aquí, impotente al no poder cerrar el grifo de mi alma? Quiero verte, pero mis ojos son mundanos y no trascienden lo circunstancial. Pero prometo, amor, sentirte allá, en el punto difuso de lo contingente donde coincidimos, donde quizá las canciones no terminen y los niños no lloren la pena de sus madres; donde, acaso, se te ocurra pensarme un instante y muera ahogado en las aguas de tu olvido.

Wish you were here, Pink Floyd. Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=1VgC6eppxuU

5 comentarios:

  1. Es precioso, no sé como expresar lo que ahora siento, admiro tu belleza, tu forma de contar quien eres, ese amor con que expresas el rechazo. Dicen que enamorarse es un instante pero un desamor arrastra una vida. No olvides quien eres, lo que vales, lo que ofreces, no cualquiera es capaz de brindar una compañía que merezca tales atributos. No llores pues por lo imposible, levanta tu cabeza y considera el presente.

    Recreo esta cita, de veras que es muy hermosa;
    "Pero prometo, amor, sentirte allá, en el punto difuso de lo contingente donde coincidimos, [...]donde, acaso, se te ocurra pensarme un instante y muera ahogado en las aguas de tu olvido"

    ResponderEliminar
  2. Gracias Ana.
    Nunca había escuchado eso, pero es verdad que los desamores se arrastran por mucho tiempo.
    Te haré caso. El presente es mucho más bonito que cualquier recuerdo, o que cualquier sueño.

    ResponderEliminar
  3. Si, por eso vívelo, no dejes que se vuelva a convertir en un pasado del que luego te arrepientas no haber vivido.

    Vale la pena disfrutar el hoy, tú y todos se lo merecen, se merecen estar con otros, disfrutar mutuamente.

    ResponderEliminar
  4. Leí el texto ayer, o quizás antes de ayer. La verdad, me pareció tan lleno de sentimiento, que no supe qué decir en su momento, de verdad que es precioso. Tras leer lo que te ha dicho Ana, creo que tiene razón. No dejes que el pasado viva tu presente, pero tampoco corras un velo para ocultarlo. Gracias a él, somos quienes somos, eso no tenemos que olvidarlo.
    En tu línea, Toni, esta vez dejaste al sentimiento actuar. Te quedan genial las palabras impregnadas de éste.

    ResponderEliminar
  5. Asiento lo que decís con esta canción: http://www.youtube.com/watch?v=BpZ10zdmzEM&feature=related

    ResponderEliminar