lunes, 22 de junio de 2015

Lamentos

Tu ausencia no es mero no verte. Es no tener brazos, es tener arena. Es no tener entrañas, es tener el abismo; es caer sin pausa hacia un agujero insondable que me absorbe. Es, nube, no ver el cielo, sino un techo con goteras; agujeros por los que te atisbo. Es coger un libro y ver hormigas; escuchar música y oír ruido. Es no tenerse uno; extrañarse del propio cuerpo. Es angustia, sin más. Es, como un beso de sacarina, que la comida sepa demasiado. Es que el agua no sacie. Es como ser un regular; es como que existe Dios. Es haber perdido, haber perdido; haber fallado, es ser el delantero apático arrepentido, el flagelante impotente; el ángel caído, sin alas ya, que no puede subir; es ser el que nace en el Infierno y guarda el Limbo, junto a los sabios, y suspira por la luz que resplandece desde las alturas, como una reminiscencia de la gloria de sus ancestros. Es lamentar tanto, tanto...

No hay comentarios:

Publicar un comentario