jueves, 8 de septiembre de 2011

Pétalos de rosa por hojas de boj.

Un pie hacia adelante. Un paso. La brusca colisión con el suelo, totalmente cubierto de ceniza, polvo y lágrimas, provoca una onda expansiva que se riza hacia el cielo hasta disiparse en el ambiente. El olor es una mezcla entre putrefacción y quemado. La vista... la vista es escalofriante. Antes de cerrar aquel metafórico libro no pensaba que, después de hacerlo, me vería en aquel erial huésped de tanta destrucción. Ignoré, mientras lo leía, que el cerebro humano está preparado para adaptar al hombre a todas las circunstancias y en periodos de tiempo muy cortos, y, por tanto, ignoré que la vuelta a la realidad sería difícil de afrontar, al margen de todas las enseñanzas, de todas las vivencias, de todos los pensamientos. Doy un paseo por el cementerio de esperanzas, amores, buenas acciones, imágenes, promesas... La ceniza ya casi me envuelve; mis pies hacen estragos en la tranquilidad de las capas más superficiales del desierto. De vez en cuando una flecha negra surca los cielos, como si fuera una estrella fugaz, y busca con su puntiaguda cabeza el hueco donde antes tenía mi corazón, olvidando que no estoy en posesión de él desde hace ya bastante tiempo. Aún así, duele; la espalda se arquea, el cuerpo se contrae, la piel se abre y la sangre brota. Y no hay lágrimas, ni maldiciones, ni paredes que golpear; sabido tengo que de nada sirve y que menos lo merezco. ¡Este era mi Edén! ¡Este era mi horizonte, mi ojo derecho, mi vida! ¡Y mi jodida piromanía lo consumió! ¡¿Por qué no se llevó también mi vida?! Me ha tocado cambiar pétalos de rosa por hojas de boj. La estupidez es suma. El arrepentimiento, mi pan.

3 comentarios:

  1. Y mientras leo percibo cada uno de tus sentimientos. Cuánto poder tienen las palabras. Siempre me ha parecido de admirar saber escribir conforme se siente, dejando los pensamientos a un lado. Este texto me da esa impresión. Pero no tendría sentido si no te pusiera un pero. Mi "pero" es que espero que esas palabras sean efímeras y queden como un momento más de tu vida o aprendas de ellas. La vida duele, pero más duele el cómo nos vemos a nosotros mismos cuando el sentimiento no es positivo. Como ya te dije en una ocasión, cambia únicamente lo que no te guste de ti, las personas sabemos qué hacemos mal por nosotras mismas, aunque esté muy escondido dentro de nosotros, siempre, siempre, lo sabemos.

    Eres una caja de sorpresas, aunque no me hacía falta leerte para saber que escribías así.

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  2. Hola Laura. Gracias por tus palabras.
    Tranquila que, de eso, lo único que queda son las palabras escritas y el cimiento en el que se han convertido. Una gran persona que conocí me dijo que aquello que llevas dentro, más tarde o más temprano, acaba por convertirse en tu arma.
    Un beso.

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  3. Me alegra saberlo, de verdad. Me gusta la frase que te dijo aquella gran persona, con tu permiso, la comparto contigo.
    Un beso para ti.

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