martes, 26 de noviembre de 2013

Película. Ficción.

Era un hombre que iba detrás de un grupo y que siguió a uno que se separó de aquel mientras decía "voy al aseo" y pensaba el primero "es el peor error que has cometido en tu vida". Lo siguió hasta el "aseo" con determinación como de muerte, pero no hasta el váter individual, donde se desabrochó la chaqueta y el velcro despegándose sonó a cine de acción y se imaginó con explosivos debajo y explotar.

Los hilanderos

Estaba leyendo y estudiando la Oda a la flor de Gnido, y anotaba que la palabra "vido" rima con Gnido, que parece que es el título resonando (no lo tomo en serio); y, pensando en ello, me he levantado a cavilar, y justo cuando pensaba que esa palabra era como un eco del título, y que las rimas son como ecos, mi cuerpo se ha detenido ante mi estantería y mi mirada sobre El nombre de la rosa, de Humberto Eco. Comentándolo con un par de amigos, hemos coincidido en que podría haber habido más conectados; que podía haber estado escuchando Echoes, de Pink Floyd, en una caverna; y que la caverna podía estar en Lecco, de donde llegan recuerdos, y qué son los recuerdos...